Barrio Jesús María: sus mujeres y el agua.

Las mujeres sufren con mayor rigor la falta de acceso directo al servicio de agua potable y saneamiento, con especial impacto sobre su salud, diagnosticó una investigación académica realizada en 166 hogares del barrio Jesús María, del municipio capitalino de La Habana Vieja.

El estudio abarcó 166 hogares, compuestos por un total de 528 personas, en las cuales prevalece la población femenina: 56.1 por ciento (296) frente al 43.9 por ciento (232) de hombres, explicó la profesora Reina Fleites, del departamento de Sociología de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana.

El agua es mucho más que un componente de la naturaleza. “Su apropiación y uso incide sobre procesos de diferenciación social y aspectos de la salud que no solo son biológicos”, comentó la académica al presentar los resultados de la investigación, en una conferencia impartida en el Colegio Universitario de San Gerónimo de La Habana.

El 57 por ciento de los hogares encuestados son dirigidos por mujeres, con niveles educacionales tanto bajos como altos. El 61.9 de la población estudiada es mestiza y negra, 16, 7 por ciento trabaja en servicios y 14,1 por ciento son trabajadoras domésticas no remuneradas.

Al indagar por las dificultades de acceso al agua y saneamiento según género, se observó que las peores situaciones se viven en hogares encabezados por mujeres. Al respecto, en 23 de 40 hogares sin conexión domiciliaria de agua, el jefe de familia es una mujer.

También está encabezado por una mujer el 70 por ciento de las viviendas donde el estado de las conexiones es de regular a malo. La mayoría de las personas entrevistadas afirmaron que casi todos los días, o cada dos o tres días, deben cargar agua hasta sus viviendas.

Si bien prevalecen los hogares donde la carga es compartida, no es desestimable el número de hogares donde se identifica a la mujer como la encargada de realizar esa tarea. Otras fuentes de información ratifican que el agua llega en horarios en que solo están las mujeres y los niños en casa, de modo que ellas deben cargarla. Sigue leyendo