Gansos salvajes
Mary Oliver (1935, Ohio)
No tienes que ser bueno.
No tienes que caminar cien kilómetros
de rodillas a través del desierto, arrepentido.
Sólo tienes que dejar que el animal suave de tu cuerpo
ame lo que ama.
Háblame de la desesperación, de la tuya,
y yo te hablaré de la mía.
Mientras tanto el mundo sigue.
Mientras tanto el sol y los claros
guijarros de la lluvia
se mueven a través del paisaje,
sobre las praderas y los árboles profundos,
las montañas y los ríos.
Mientras tanto los gansos salvajes,
altos en el aire limpio y azul,
se dirigen a casa otra vez.
Quienquiera que seas, no importa que estés solo,
el mismo mundo se ofrece a tu imaginación,
te llama como los gansos salvajes, áspero y excitante,
una y otra vez anunciando tu lugar
en la familia de las cosas.
****
Quién
Jane Kenyon (Michigan, 1947-1995)
Estas líneas son escritas
por un animal, un ángel,
un extraño sentado en mi silla;
alguien que ya sabe
cómo vivir sin preocupación
entre libros, y sartenes y ollas…
¿Quién es el que me pide encontrar
el lenguaje por el sonido
que una pezuña de oveja hace cuando rasca
una piedra? ¿Y quién dice
las palabras que son mi alimento?